miércoles, 29 de agosto de 2012

Miro en qué nos convertimos y las lágrimas luchan por emerger, lágrimas de un corazón marchito, lágrimas de un corazón podrido; podrido por su maldad, por su falta de sinceridad, por aquel respeto perdido. ¿En dónde quedaron las promesas de un dulce amor? ¿A dónde han de parar esas palabras escupidas al viento? Mi corazón no puede olvidar, no me lo permite... aún duele demasiado, las cicatrices no pueden borrarse, porque cada día son arrancadas... ¡Dios, denme un descanso, un respiro! Escalofriante y aterrador monstruo, otra vez te apoderas de mi ser, de mis manos castigadoras ¡Déjame en paz! ¡Sal de mi cuerpo, de mi mente! Sueño con aquellos días, aquellos meses en que su letargo parecía permitirme ser esa mujer dulce que en el fondo soy. Tengo miedo de que una parte de aquel maldito monstruo duerma en el interior de mi hijo... ¡Quiero salvarte! Me pregunto si algún día podré dejar todo atrás, me pregunto si este amor desgraciado, marcado por los engaños dejara de perseguirme algún día. Nunca amé a un hombre de la manera en que le amé, en el fondo sé que siempre le perteneceré, aunque este monstruo termine alejándolo por siempre.

miércoles, 29 de febrero de 2012

¡Jamás podré olvidarlo!¿Cómo pudiste hacerlo? Me has humillado tanto que no puedo ni creerlo... Para mi eras lo más grande... tu desprecio me confunde, en la miseria más profunda con tu farsa me hundes...
¿Tan mal me portaba? ¿Acaso no te amaba? ¿Acaso no te daba todo aquello que buscabas? ¿Cómo quieres que reaccione? ¿Cómo quieres que perdone la mayor de las traiciones?...
Un año he tirado, engañándome a tu lado... pensando que tú eras lo que siempre había buscando... pero ahora, ya ni sé quién eres.

martes, 14 de febrero de 2012

Entre cuatro paredes de pequeñas dimensiones me encuentro maniatada por una cuerda invisible, el hijo que llevo en mis entrañas es lo único que me retiene a una vida que no deseo vivir, a una casa que no es un hogar para mí, a un hombre que no me corresponde.
Han pasado muchos meses desde que no me sentía tan infeliz, tan tremendamente desgraciada que quisiera morir en este instante, a veces deseo poner término a mi existencia una vez que este pequeño ser esté fuera de mí, pero no puedo abandonarlo así con esa fragilidad abrazadora que lo rodea.
Veo sus cosas, su ropita y siento un pequeño consuelo dentro de mí, no puedo creer que sea yo la única persona que lo ama en este mundo, desearía que fuera un niño rodeado de amor, desearía poder llevarlo lejos de esta casa en donde nosotros no importamos...
Siento que se acerca aquel inminente final, siento como poco a poco ese intenso amor se desvanece de manera inevitable y ya no me duele como antes... Desearía regresar el tiempo y elegir no saber tanto, para así poder amarlo nuevamente. Quizás lo borre de nuestras vidas.
Quisiera tener el valor, el coraje que me hace falta para decirle al mundo lo que realmente siento, quisiera dejar de disfrazar estas emociones que matan por dentro...

lunes, 7 de noviembre de 2011

Ahora comprendo cual era el ángel que entre nosotros pasó

Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que de tal suerte yo todavía
no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa
en un encuentro casual
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar
sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor
o pasa un ángel
se hace leyenda
y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cual era el ángel
que entre nosotros pasó
era el más terrible, el implacable
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal
ángel que pasa
besa y te abraza
ángel para un
final.

Es como si estuvieras hecho para herirme...

sábado, 29 de octubre de 2011

No sé qué será de mí, no sé qué será de nosotros...
¡Qué atemorizada estoy! Día tras día puedo ver como mi amor por ti se acaba, día tras día puedo vislumbrar nuestro final o quizás son meras quimeras. Quizás en lo más profundo de mi ser deseo que termine de alguna forma...
Me veo junto a ese hombre protector que siempre he deseado, me veo viviendo junto a aquel hombre, pero por sobre todo, me veo sin ti... Antaño jamás hubiera podido siquiera imaginar mi vida sin ti, pero cada día que pasa siento este amor encontrar su final...
Un niño no puede criar a otro, siento que yo crecí y que él sigue igual... estúpidamente pasivo, tontamente confiado del destino, esperando que la vida provea. No necesito, no quiero un niño junto a mí. Ahora, más que nunca, necesito de un hombre de verdad.
Miro mi cuarto y puedo ver el futuro, en este mismo cuarto en donde crecerá lo que un día fue fruto de nuestro amor, morirán mis sentimientos para siempre. En este mismo cuarto habré de enterrarlo.
Quisiera que desapareciera, siento que sólo me estorbará... Después de todo, este trabajo lo tendré que hacer sola y no necesito de un niño que juegue a ser padre, necesito de un padre jugando con un niño.
Quisiera poder remediar todo esto, quisiera que él pudiera remediar todo esto, quisiera escuchar, ver algo que salve mi amor por él.
Cada vez me sorprendo pensando en cualquier cosa menos en él cuando estamos en la cama, cada vez me sorprendo hundida en mis propios pensamientos sin prestarle atención a sus palabras cuando habla, cada vez me sorprendo mirándolo y preguntándome qué fue lo que me hizo querer quedarme alguna vez...
Espero poder volver a amarle como en aquellos tiempos, en que le dí todo mi amor, todo mi ser, todo lo mejor de mí y él lo menospreció traicionándome con otra.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Hace tiempo el monstruo estaba dormido, dormido inmerso en una metamorfosis. Hoy lo puedo reconocer dentro de mí, es gris y está lleno de tristeza.
La vida cambia demasiado en poco tiempo algunas veces, estoy completamente atada a él. No sé si es amor, no sé si es costumbre, no sé si es mero conformismo; sólo sé que no puedo sobrellevar todo lo que caerá sobre mí sin él.
A veces me pregunto si realmente tendré que pasar el restos de mi días así, o si en algún momento encontraré el coraje suficiente para pensar en mí, para recuperar el amor propio, aquel amor que antaño sentía por mí misma y que dejé atrás desde la primera noche junto a él.
A veces siento que merezco más, a veces creo que él no cree que alguien más podría llegar a quererme, espero que no me subestime.
¡Qué decepcionada estoy! Tantos meses creí en un amor que no existía, tantos meses y ahora todo lo que tengo es su ausencia, su maldita ausencia. De no ser por ella, mi presente sería otro, quizás no hubiera tenido que derramar tantas lágrimas, quizás no conocería el sentimiento amargo que trae consigo la humillación.
Anoche le odié como nunca, le odié mientras me pedía una explicación, pero guardé silencio... No puedo permitir que mi blasfema lengua hable por mí. Lo odié intensamente por todo lo que me ha hecho, por su rabia hacia mí; después de todo es su culpa, todo es su culpa. Lo odié mientras revisaba mi celular, porque una vez condicioné nuestra relación a una llave que el poseía y que no me entregó, creo que desde entonces no lo amo de la misma forma en que solía hacerlo, de alguna manera él terminó de romper mi corazón aquel día.
Lo odio, cada vez que amenaza con abrir la boca y hacerme llorar, porque no tiene el coraje de hacerlo. Quiero escuchar lo que tiene para decir, aunque de alguna manera lo sé. Sé que realmente no le gusto, pero no me importa no quiero arreglarme para él, porque no lo vale. Si tan sólo me hubiera hecho sentir como algo más que un premio de consuelo, podría haberme instigado a ser la de antes.
Odio verlo sentado frente a una pantalla jugando, despreocupado, haciendo nada de su vida.
A veces me pregunto por qué lo llegué a amar realmente, qué fue lo que vi en él, no era más que un joven patético que derramaba lágrimas por una mujer que se reía del. Entonces pienso en aquel hombre que tanto amé, que tanto deseé, en mi alma gemela. Si tan solo aquella ausencia no hubiera sido eterna, si tan solo me hubiera llamado de vez en vez... Quizás las cosas serían muy distintas.
A veces, me duermo rogándole a un dios que quizás no exista, que él se levante y me de un motivo para seguirlo amando, para volver a amarlo, un motivo para querer quedarme...